Una
interesante adaptación: la expulsión del exceso de sal. Las
aves marinas son carnívoras y tienen características especiales en el
aparato digestivo y en la forma de tomar el alimento. Estas
aves presentan en la cabeza una glándula especial llamada
salinosecretora o "glándula de la sal" que permite que
eliminen el exceso de sal que ingieren. Esta
glándula comienza a funcionar cuando el nivel sanguíneo de sal es
elevado y no se elimina por el riñón. Son
dos y están situadas en ángulo anterior de la cavidad orbitaria, sobre
los
ojos en la mayoría de las especies. Están presentes en todas las aves
que frecuentan el mar o sus costas. En
las familias que tienen miembros con hábitos eminentemente marinos, es
donde más se desarrollan estas glándulas. Cada
una de estas glándulas tienen dos conductos que terminan en la cavidad
nasal. Las secreciones son expulsadas por las fosas nasales en forma de
gotitas incoloras y transparentes. Actúan
como verdaderos riñones, pero de funcionamiento más simple, pues sólo
excretan sodio, cloro, trazas de potasio y agua. Por eso es tan común
escucharlos cuando la eliminan y el sonido emitido es como cuando
nosotros estamos congestionados y nos "sonamos la nariz". Pero
como ellos no tienen pañuelo para hacerlo, la sal eliminada se ve
cristalizada sobre el pico debajo de las fosas nasales con forma de
rayas blancas. Fuentes: De
La Peña, Martín R., Las aves argentinas y sus ambientes. Universidad
Nacional del Litoral. 1982. Piacentini,
Héctor. Comunicación personal. |