"Al cabo de tres
semanas los pichones rompen el cascarón, y en cuanto se secan ya están
en condiciones de desplazarse por sí solos.
Al nacer presentan el
aspecto de una pequeña bola de algodón color gris. Al cambio de los
plumones conservan definitivamente el característico color grisáceo. El
padre guía a los polluelos buscándoles alimento que por sí solos
engullen, al mismo tiempo los protegen de los peligros naturales. Cuando
presienten algún extraño en las cercanías, hace una señal y como por
encanto se quedan todos agachados e inmóviles mimetizándose en el
ambiente.
Se hace así
difícil a primera vista localizarlos y no se
mueven aunque se esté a escasos centímetros de los mismos.
A las dos semanas ensayan los primeros vuelos
y
paulatinamente, van independizándose para -a las cuatro semanas,
adquirir la mayoría de edad- abandonando a su protector definitivamente". |