Aprendizaje y comportamiento adquirido 


La aparición de nuevas respuestas ante señales del ambiente es definida, desde el punto de vista del comportamiento, como aprendizaje.

El comportamiento que surge del aprendizaje del individuo en su constante interacción con el ambiente se denomina comportamiento adquirido.

Vale aclarar que la diferencia entre el comportamiento innato y el adquirido es sólo teórica, ya que en realidad el comportamiento de todos los individuos posee componentes innatos y adquiridos.


El pichón de la gaviota plateada solicita el alimento con el picoteo de la mancha roja del pico del adulto. Pichones de otras aves logran el mismo resultado cuando muestran el interior de sus bocas con notorios desencadenadores visuales.

El ornitólogo alemán F Goethe descubrió, en 1937, los pichones de gaviota plateada (Larus argentatus) recién salidos del cascarón picaban la mancha roja del extremo del pico de una gaviota adulta muerta, ofrecida por el experimentador.

Si cambiaba el color de la mancha a amarillo, los pichones daban menos picotazos. Entusiamado con estos resultados, Goethe incubó una serie de huevos, y una vez nacidos los pichones, ofreció dos clases de picos: uno de color amarillo uniforme y otro con una mancha roja. Este último modelo recibía tres veces más picotazos que el otro. Es más, éstos pichones criados “en laboratorio” picoteaban cerezas y cuanto botón o adorno rojo se les presentaba. Poco después, Nikolaas Tinbergen demostró que, luego de salir del cascarón, todos los pichones tienen este comportamiento, que a su vez desencadena en el padre la regurgitación de peces, almejas u otros mentos semidigeridos.

En otras aves, la visión del progenitor provoca la apertura del pico por los pichones, lo cual permite que éstos muestren los desencadenadores visuales en su interior. Éstos, a su vez, dan origen a la regurgitación el adulto.

Los estímulos “mancha roja” y "pichón que picotea la mancha roja” son denominados estímulos desencadenadores o disparadores para el pichón y el padre respectivamente, pues desencadenan el comportamiento de picoteo (pichón) y regurgítacíón del alimento (padre).

Más adelante, Tinbergen utilizó picos y cabezas de cartón, y se los ofreció a pichones capturados en los nidos. Consideró el número de picotazos recibido por cada modelo durante 30 segundos, con lo que cuantificó el atractivo que tenía cada modelo para los pichones.

Éstos demostraron que sólo ciertas características de los modelos eran significativas para desencadenar el comportamiento.

El más solicitado por los pichones hambrientos resultó ser un cartón plano (no tridimensional con pico largo y puntiagudo, con una mancha roja o un gran contraste entre el color de la mancha y el  del pico. Este modelo funciona mejor que una cabeza real de gaviota, y constituye un caso de desencadenador supranormal o extraordinario.

A pesar de que el animal es capaz de ver la totalidad del cuerpo y la cabeza del progenitor sólo unas señales tienen importancia vital en los primeros días, es como si el pichón percibiera sólo una fracción del ambiente. Estas preferencias por estímulos supranormales se pueden ver en todos los animales.


Impronta

En muchos casos, el aprendizaje está programado genéticamente de tal manera que los animales pueden aprender sólo en determinado período de su desarrollo. Al finalizar ese período, termina la disposición para aprender, y el organismo se aferra firmemente a lo aprendido.

Konrad Lorenz descubrió que muchos patrones de comportamiento innato son desencadenados por estímulos no específicos.

Esto ocurre, por ejemplo, con los pichones de ganso gris recién salidos del cascarón: siguen lo primero que ven que se mueve, ya sea otro ganso, un hombre o una caja de zapatos que se arrastra. Luego, repetirá su conducta con uno y otro y, más tarde, ignorará a su propia madre.

Lorenz llamó a esto imprinting (impronta).

Fuentes: Biología. Citología y Genética. Ed. Santillana Polimodal. 1999.