Una
vez elegido el lugar, forra su interior con materiales suaves y livianos,
como pequeñas ramitas, plumas y pasto.
Para
tal fin, realiza innumerables vuelos hacia matorrales, orilla de lagos, de
arroyos, en donde estén disponibles los materiales necesarios; hacia su
nidito, en donde los deposita. Mientras
realiza esta actividad es posible -y con paciencia- seguir sus repetidos
ir y venir para poder apreciar el lugar que eligió para su casa. |