LAS GOLONDRINAS

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Creencias, leyendas y cuentos...

Creencias

  • Cuando vuela al ras del suelo es presagio de lluvia.

  • A la casa en que anida, lleva la buena suerte.

  • El que mata a una golondrina tiene cien años de desgracias.

  • Con una pizca de polvo del nido en un vaso con agua, es suficiente para curar cualquier dolencia.

Los aborígenes y las golondrinas.

  • El veloz desplazamiento de las golondrinas ha servido tradicionalmente para interpretar augurios climáticos: si vuelan a ras del suelo, es anuncio de lluvia, igual que si pasan cantando. Si revolotean "como perseguidas", es señal de que vendrá viento. Si aparecen antes de su época usual de llegada, es que habrá buen tiempo.

 

 

 

Golondrina zapadora

  • Los Onas de Tierra del Fuego empleaban parte del cuerpo de estas aves: cinco o seis plumas de golondrina sujetas como un brazalete en el antebrazo, constituían para ellos un amuleto para lograr rapidez en la carrera durante sus competencias. La idea era transferir mágicamente la velocidad del ave hacia el hombre. 

  • En el Paraguay se dice que las golondrinas tienen en la cabeza una piedrita azul con virtudes curativas, y que el polvo de su nido - diluido en caña-, es buen remedio para varias enfermedades. 

  • Para los mapuches, los nerviosos revoloteos de la golondrina no parecen demasiado apreciables; como sugería uno de sus refranes tradicionales: "Como la golondrina loca es el hombre inquieto". Pilmaikeñ ("golondrina") se dice de aquel que cambia frecuentemente sus proyectos.

 

 

 


Golondrina zapadora


El origen de las golondrinas. (Leyenda).

Hace veinte siglos, en Nazaret, el Niño Dios jugaba con sus compañeros. Con barro del arroyo cercano formaron delicadas figuras de pájaros.

En eso pasó un fariseo que comenzó a gritar. -¿No sabes, acaso, que es día sábado y que por eso no es lícito realizar ningún trabajo?

Y acto seguido intentó aplastar las figuras con el pie. Pero Jesús extendió la mano, y los pájaros de barro echaron a volar.

Así nacieron las golondrinas, que después con barro hicieron su nido junto al techo, en la casa de Jesús.

Pasaron los años y el Niño Dios, ya hombre, marchaba hacia el Gólgota.

Las golondrinas lo seguían desoladas. El Maestro iba a morir. Ya sobre su rostro lívido corría un surco de sangre mezclado con lágrimas.

Entonces aquellas avecitas sacaron una a una las espinas de la corona cargada sobre la augusta frente.

El cielo se nubló y se estremeció la tierra. En ese momento las golondrinas tomaron el manto de duelo que todavía conservan.

Raúl Ortelli. El zorro y las aves. Mercedes, Buenos Aires. 1964


El origen de las migraciones. (Leyenda).

En el comienzo de los tiempos, Dios prometió un premio al que mejor supiera recorrer el mundo y contara lo que viera.

Primero salió el cuervo, pero se entretuvo enseguida con una carroña y volvió sin haber visto prácticamente nada.

Entonces se fue la golondrina. Tardó muchos meses en volver y cuando ya se creían todos que se habría muerto, apareció un día contando infinidad de cosas que había visto en su recorrida.

Como premio, Dios le dio "el don de cambiar de países" para disfrutar siempre de buen tiempo.

FUENTE: Carlos Villafuerte. Aves argentinas y sus leyendas. Ed. Corregidor. 1978

 

 

Golondrina zapadora

 

 

Un cuentito de amor.

Érase una vez, un golondrino que se sentía muy sólo porque no tenía una compañera. Entonces decidió salir a buscar una golondrina y dijo que si la encontraba se iba a sentir muy feliz y contento.

Salió de su nido con la idea de encontrar una golondrina que fuera hermosa como una rosa. Entonces salió decidido y cuando iba volando alcanzó a ver una golondrina y se acercó a ella y espontáneamente de su pico salieron las siguientes palabras:¿ya estás comprometida? Ella contestó que sí y él se puso triste y siguió volando en busca de otra.

De pronto, vio a una que estaba en una flor, que cantaba muy bonito y era sumamente bella. Entonces se le acercó y le preguntó que si estaba comprometida, y ella le contestó que no. Él muy contento le preguntó que si quería ser su pareja y ella le respondió que sí.

De gusto el golondrino de desmayó de la alegría y fue ese día el más feliz de su vida. Desde ese momento vivieron muy felices surcando los cielos juntos, por siempre.

FIN

Fuente: Escuela Sec. Estatal # 3013. Chihuahua: México.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Golondrina zapadora


Voces