Realmente
pude disfrutar por largo rato y a una distancia prudente, lo que
acontecía en el nido del Fiofío: los grititos de los pichones
reclamando alimento y el incesante viaje de sus padres trayéndoles
comida. |
Un
pichón de Fiofío
Silbón en la tranquilidad de la siesta...
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