Muchas aves tienen una vida eminentemente arborícola, para lo cual
presentan en las patas adaptaciones tendientes a asegurar una adecuada
sujección a las ramas.
Estas aves tienen tarsos cortos lo que dificulta
su desplazamiento en la tierra, pero los dedos son capaces de actuar como
verdaderas pinzas, capaces de asirse fuertemente a las ramas.
Para el caso de la Cachaña como todo loro, sus dedos muy carnosos y
provistos de fuertes uñas, están dispuestos
de la siguiente manera: el primero y el cuarto se orientan hacia atrás;
el segundo y el tercero, hacia adelante. A esta disposición se la
denomina zigodáctila.
En
alguna oportunidad habrás visto a un loro caminando sobre el suelo y
quizá te haya dado gracia su andar bamboleante y algo torpe. Claro,
sus patas no están adaptadas para eso pero sí para trepar todo lo que
exista (y ni hablar cuando se ayuda con el pico...) Seguramente
él se reiría de vos al verte intentar trepar un árbol...
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Arriba
y abajo: la Cachaña posando para mí y para vos, mostrando cómo son sus
dedos.
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