Generalidades muy particulares...

El Ostrero Común, es algo así como el vigía costero de esos "pocos miles de kilómetros" de nuestro litoral marino Patagónico.

En todas las playas allí está él. Bullanguero, activo, nervioso, desconfiado, atento y vigilante.

Sus fuertes gritos de alerta son los que le quitan la monotonía al ruido del oleaje, tanto de día como durante la noche.

Fácil de ver y de reconocer

El Ostrero Común es un ave corpulenta y de gran tamaño, que puede alcanzar algo más de 40 cm de longitud. Su peso oscila entre los 400 y 700 gramos.

El plumaje es de un negro muy intenso en las partes superiores del animal: el lomo, la cabeza y el cuello. Las partes inferiores en cambio, son de un blanco níveo. Las alas son negras.

Se destaca por la tonalidad de su pico largo y comprimido lateralmente de color naranja a rojo brillante y sus ojos anaranjados-rojizos. Para completar el "collage"; sus patas son rosadas.

El vuelo es fuerte, caminan y corren velozmente. Ocasionalmente nadan.

Sólo una opinión...

Tiene semejanzas en muchos aspectos con el Tero (Vanellus chilensis). Es como si entre Teros y Ostreros hubieran acordado una división territorial del trabajo: los primeros en el interior del continente y los segundos en la línea costera marina.

Su comportamiento es idéntico: reservados, curiosos pero precavidos, dispuestos a dar potentes gritos de alerta y a alejarse un poco cuando la distancia de algún intruso no es recomendable para su seguridad.

Aparentan estar permanentemente enojados...

Ostrero Común, página 2